Me han preguntado qué se siente al ser viejo y saber que la mayor parte de tu vida ha quedado atrás.
Pensar en la muerte también trae obligaciones
Si ya no te importa nada, apenas tienes contacto con otras personas y no tienes un patrimonio apreciable: entonces realmente no tienes que preocuparte por nada.
Pero si (todavía) tienes familia, amigos, buenos vecinos, compañeros de club, entonces debes hacer dos cosas, a saber: a) poner en orden tus asuntos y b) liquidarlos. Ambas cosas no son lo mismo.
Poner las cosas en orden significa...
...en primer lugar, establecer prioridades, separar lo importante de lo irrelevante y de lo superfluo. Esto se aplica no sólo a las cosas, sino también a las personas y a las situaciones.
- ¿Quién o qué es especialmente importante para mí?
- ¿Con quién o qué quiero quedarme, de qué puedo y quiero desprenderme (ahora)?
- ¿Qué discusiones quiero seguir teniendo, qué es lo que finalmente no me importa?
- ¿A qué situaciones ya no quiero exponerme? ¿En qué sigo dispuesto a involucrarme?
... Conectar cosas y personas
- ¿Qué debería pasar con mis dispositivos técnicos después de mi muerte? ¿Con mi guitarra? ¿Con mis libros? ¿Mis herramientas?
- ¿Qué debería hacerse con mis cuadernos de notas? ¿Mis "obras de arte"? ¿Con ciertos documentos (certificados de estudios y de trabajo, documentos de juicios, contratos, actas, etc.)?
- ¿Hay personas con las que debería saldar alguna "deuda" emocional? ¿Con quién debería reconciliarme después de una ruptura?
- ¿A quién me gustaría dejar una parte de mi patrimonio? ¿A qué personas? ¿A qué instituciones? ¿Qué causas quiero apoyar?
Hazte un favor a ti mismo y al mundo: no te lo pienses todo, ¡escríbelo! No cuente con que otros se ocupen de sus asuntos y posiblemente tomen decisiones contrarias a sus deseos.