¿Enviar cartas?
Soy una de esas personas que casi nunca envían cartas. Por eso ya no tengo sellos en casa.
No hay problema: hay una máquina de sellos en el vestíbulo de mi oficina de correos.
¿Tienes monedas?
Sin embargo, hay una cosa con la que hay que tener cuidado en esta máquina: Siempre debes tener a mano el importe que hay que pagar. Porque la máquina no da cambio.
Si no es el caso, tiene que apuntarse a una cola. Y eso puede llevar tiempo...
Y ahora: ¡Vamos!
Así que tenía listo el cambio contado, elegí el sello que necesitaba e introduje la primera moneda en la ranura.
¡Pling! La primera moneda no fue aceptada y cayó en la papelera dispensadora. La segunda moneda: ¡lo mismo! La tercera y la cuarta: ¡lo mismo!
Segundo intento
La primera, la segunda, la tercera y la cuarta moneda cayeron. Grrrr!!! Así que ya está:
¡Únete a la cola!
Cuando llegó mi turno en el mostrador, pedí un sello para una carta estándar. El empleado me miró y me dijo: "¡No tenías que esperar sólo para un sello! Hay una máquina en el vestíbulo".
Tuve que esforzarme mucho para no gritar.
La señora me imprimió el sello. Cuando le dije: "Oh, cogeré otro, mañana tengo que enviar otra carta", me contestó: "No es posible. Los sellos son sólo para consumo inmediato. Pero puedo venderle una hoja de 10".
Hubo un tiempo en que se decía:
"¡El cliente es el rey!"
😂 😂 😂