Violencia contra las mujeres: precaución al interpretar las cifras

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Una estadística sobre la violencia en la pareja se presentó con la frase: "Casi cada tres días muere una mujer". Tal exageración es problemática - también porque los agitadores de derechas podrían utilizar esta argumentación.

La violencia contra las mujeres es aborrecible, debe ser proscrita y combatida. Y, sin embargo, la forma de la publicación anual de las cifras de la violencia de pareja en Alemania tiene rasgos problemáticos. También este año, el gobierno federal y muchos medios de comunicación utilizaron una formulación tajante: "Casi cada tres días, una mujer muere a manos de su pareja actual o anterior", dijo, por ejemplo, la ministra federal de Asuntos de la Mujer, Lisa Paus (Verdes).

Una formulación problemática, porque al servicio de una buena causa presenta una situación peligrosa mucho más directamente de lo que indican las cifras desnudas. Alemania tiene una tasa de homicidios muy baja en comparación con el resto del mundo. El riesgo de ser víctima de un crimen mortal ha descendido drásticamente desde los años 90 y se ha mantenido en un nivel bajo desde entonces.

Según el gobierno federal, el año pasado un total de 113 mujeres fueron víctimas de violencia de pareja con desenlace mortal, en un país de 83 millones de habitantes. En este contexto, 113 suena mucho menos amenazador que "uno de cada tres días".

Sobre todo porque no está nada claro que muchos ciudadanos sean conscientes de las dimensiones del homicidio sin una cifra de referencia. Al fin y al cabo, si cada tres días una mujer es asesinada por su (ex)pareja, el alcance de la violencia sería teóricamente mucho mayor en un país como Liechtenstein, con apenas 38.000 habitantes, que en un país como India, con 1.400 millones de habitantes.

Ahora bien, se podría objetar que la vívida incrustación de las cifras de violencia sirve a un propósito superior, a saber, señalar una terrible injusticia social. Pero lo que Paus y otros probablemente olvidan: Los agitadores de derechas también podrían recurrir a tales patrones de argumentación en cualquier momento y postular: "Estadísticamente, un inmigrante comete un delito contra la vida cada día". Lo cual, según datos de la Oficina Federal de Policía Criminal, también es cierto. En cambio, el número total de delitos (366) suena mucho menos dramático. ¿Cómo juzgar semejante "encuadramiento"?

Percepción pública

La situación se vuelve aún más problemática cuando la ministra federal del Interior, Nancy Faeser (SPD), tuitea:

"No podemos aceptar que las mujeres no puedan moverse libremente por la noche porque tienen miedo".

Faeser convierte así la sensación subjetiva de amenaza en la base de su política. Esto no sólo es un problema porque "no puedes atreverte a salir a la calle por la noche" siempre ha sido una narrativa de derechas, sino también porque socava un contexto importante: La sensación subjetiva de amenaza no sólo se alimenta de las propias experiencias, sino también de los mensajes transmitidos por los medios de comunicación y la política.

Cuando los medios de comunicación locales y sensacionalistas llenan a diario sus periódicos y su presencia en Internet con informes policiales, esto influye en la percepción del público. Los políticos -con toda su comprensión por su preocupación social- no deberían reforzar este efecto.


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