Cuando buenas noticias son malas noticias

Publicado Autor · Categorías personal, salud

Ya os conté en un post anterior (¡Salud! (más concretamente: mi salud)) que mi médico de cabecera me remitió al servicio de radiología del hospital local para que me hicieran una tomografía computerizada.

La cita en sí fue bastante rápida, pero la espera antes y entre medias es molesta.

Tras el examen, hubo también una conversación con el radiólogo. Señaló su pantalla y me mostró una serie de imágenes. Me sonrió satisfecho y me dijo: "Tengo una noticia maravillosa para usted: ¡el examen no ha dado ningún resultado!

"¡Mierda!", se me escapó. El médico me miró atónito. "¡Pero no tienes hallazgos - es una gran noticia".

Mi esperanza

"No para mí", respondí. "Desde hace al menos un año -sin ningún cambio en mi estilo de vida- tengo molestias indefinibles: alternancia de épocas de dolor abdominal, náuseas, pérdida de apetito, calambres. Preferiría que hubieras encontrado algo. Algún tipo de hallazgo orgánico: un cálculo biliar grueso, divertículos en el intestino, un hígado graso no alcohólico, un páncreas encogido, órganos desplazados, algo".

"No, no hay nada. Míralo su mismo". Bueno, como lego, no puedo ver casi nada en un TAC.

Lo único que sé es que me habría gustado tener un diagnóstico que explicara mis dolencias y a partir del cual mi médico de cabecera hubiera podido elaborar sugerencias terapéuticas.

Conclusión

El resultado de mi examen radiológico es positivo pero aún insatisfactorio. Ni un paso adelante. Y una espera de dos meses hasta la siguiente cita con otro especialista.


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