Para la fiesta de hoy, dejo la palabra a uno de los grandes hijos de Andalucía, el poeta Miguel Hernández.
No, no habla de la bandera blanca y verde, ni de España, ni de toda la Humanidad como el himno de Andalucía. Se habla de las cosas sencillas, básicas: El trabajo, la naturaleza, las personas, la riqueza que proviene de estos factores esenciales y que se ve amenazada por unos pocos. De la hermosura. Y de la independencia y la libertad, tan importantes para mí.
Para mí, personalmente, es uno de los poemas más bellos que conocí a finales de los años 60 en la versión musicada por Paca Ibáñez.
Pero dejemos que Miguel Hernández hable por sí mismo:
Andaluces de Jaén…
[Poema - Texto completo - de Miguel Hernández]
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.