Una tarde en la terraza de mi hostal
Primer día después del cambio de hora. Estoy sentado en la terraza de mi hostal, es de noche y ya ha oscurecido. Después de un hermoso día de sol, hace un poco de frío.
Miro hacia la noche, hacia el mar, y veo a lo lejos el faro de Trafalgar. Surgen en mí recuerdos que se remontan a muchos años atrás.
Tenía poco más de 30 años
Tenía poco más de 30 años, era un bebedor y fumador empedernido, pero extremadamente deportista. Peso ideal de 70 kg por 1,73 m. Acostumbrado al trabajo físico duro y, en consecuencia, físicamente bastante asertivo al igual que retóricamente.
Durante varios años fui miembro de una asociación llamada "Associación de Educación para el Aprendizaje Experiencial y el Entrenamiento Social". Esta asociación explotaba un velero que antes había sido carguero en el mar Báltico.
Atendíamos a jóvenes que tenían problemas familiares, escolares o de otro tipo y que ya habían entrado en conflicto con la ley.
Farosofía - Lo que puede enseñar la vida
En los viajes debían aprender a obedecer las normas, a mostrar consideración por los demás, a aceptar la interdependencia, a dominar las dificultades, a experimentar la naturaleza y su violencia, a aceptar la autoridad (absoluta) del capitán y el hecho de que no puedes huir ni esconderte en un barco.
Una situación extremadamente difícil, no sólo para los jóvenes, sino también para nosotros, los orientadores.
En estos viajes aprendí y enseñé a utilizar cartas marinas, a navegar con ayuda de un compás, de faros y balizas y a determinar la propia posición .
Los problemas del marinero durante el viaje por mar
Los problemas de un marinero no son diferentes de los de cualquier de nosotros. Y todos nos enfrentamos a las mismas preguntas fundamentales que la filosofía lleva planteándose miles de años.
- ¿De dónde venimos?
- ¿Dónde estamos?
- ¿Cómo llegamos a nuestro destino?
¿Qué debo hacer?
Para determinar lo que debo hacer, tengo que hacer una serie de observaciones y determinaciones.
Entre ellas, la determinación
- del rumbo,
- del tiempo (horas),
- de la velocidad y
- de la distancia.
Igualmente importante es conocer la "profundidad" a la que navegar para no encallar - es decir, la calidad de tu entorno, de tu ambiente.
La verdad siempre es concreta y, en última instancia, también lo es la filosofía.